miércoles, 28 de julio de 2010

El Parque Bullrich es una boca de lobo


Según el Observatorio del Espacio Público de la Asociación Civil “Aires Buenos”, el Parque Lineal Bullrich, se encuentra extremadamente oscuro, por lo cual la zona es peligrosa por su visibilidad reducida.
El peligro radica en que la zona al estar oscura es más propicia a situaciones de inseguridad y paralelamente es más probable que ocurran accidentes de tránsito.
Sin embargo, según la licitación que regula el mantenimiento del Alumbrado Público la empresa adjudicataria del servicio, Mantelentric, tiene 24 hs para dar respuesta frente a la falta de luz en una columna.
El Parque que se encuentra en Av. Bullrich entre Av. Santa Fe, Av. Libertador y vías del Ferrocarril General San Martín, fue inaugurado en diciembre del 2006. Es decir, que en menos de cuatro años por falta de mantenimiento el Parque luce abandonado.

jueves, 22 de julio de 2010

Se entregó la súper sopa en la Villa de Flores


Este miércoles se llevó a cabo en la villa de Flores sur 1.11.14 un evento organizado por la Jauretche Capital junto con la agrupación Alternativa Joven destinado a alimentar a los niños con la súper sopa. La misma es un producto elaborado en la Universidad Nacional de Quilmes y está compuesta por nutrientes necesarios en la etapa de crecimiento de los niños.

Las agrupaciones que responden políticamente a Aníbal Fernández entregaron, en la mañana de este miércoles, 950 porciones de la “Súper Sopa”, en la Guardería Madre del Pueblo de la Villa de Flores 1.11.14, con el objetivo de fortalecer la nutrición de los niños que se encuentran en desarrollo.
Según Lía María, referente de la Jauretche Capital, “nuestra meta es fortalecer este programa que busca producir, gestionar y coordinar la entrega de este alimento a comedores comunitarios.”
Por su parte Marcelo Battistessa, referente de la Agrupación Alternativa Joven, enfatizó que “la solidaridad es uno de los ejes necesarios que nos permitirá seguir construyendo una sociedad más justa e igualitaria.”
La “súper sopa” es un producto elaborado por la carrera de Ingeniería de Alimentos de la Universidad Nacional de Quilmes, sobre la base de hortalizas, carne vacuna como fuente de proteínas, aporte calórico en la forma de materias grasas, una base amilácea (arroz o fideos) y complementado con nutrientes indispensables como calcio, hierro y zinc.

Fiestas privadas, edificios públicos


Los funcionarios de Espacios Verdes le organizaron una fiesta sorpresa a la coordinadora Mariana Mercader en la Reserva Ecológica. Seguían el ejemplo de su jefe, Luis Lehmann, que hizo el suyo en los bosques de Palermo.

Por Sergio Kiernan

Mercader y amigos en la Reserva Ecológica. Entre los invitados había varios funcionarios públicos.
La Dirección General de Espacios Verdes del gobierno porteño comparte la dificultad general de Mauricio Macri y de su partido en cumplir la ley. En mayo, el titular de esa oficina dedicada a parques y plazas hizo su fiesta de cumpleaños en un lindo edificio público de los bosques de Palermo. La invitación al “choripaty party” fue colgada en Facebook, como si fuera en una casa particular. Evidentemente, el ejemplo del jefe fue seguido por sus fieles empleados: en junio, los empleados de la Dirección General le organizaron una fiesta sorpresa a su coordinadora, Mariana Mercader, que cumplía cuarenta, en otro lugar de propiedad pública. La fiesta, con torta y todo, fue esta vez en la sede de la Reserva Ecológica y contó con un nutrido grupo de funcionarios porteños a los que no les importó el uso irregular de la propiedad pública.

La fiesta de Mercader fue el viernes 11 de junio por la noche, en el pequeño edificio de la avenida Tristán Achával Rodríguez 1550, en el borde sur de la ciudad. Esa es la dirección legal de la Reserva Ecológica, su sede y punto de partida para las excursiones que recorren sus ámbitos. Es también, como se puede ver en las fotos, un espacio de exhibiciones. Por escritura, por uso y por escudito en la puerta, es claramente un edificio público de la ciudad.

Pero ese viernes a la noche las paredes mostraban globitos de colores y entre las fotos de fauna se colocaron mesas con masitas y canapés. Con alguna mentirita blanca, Mercader fue llevada al lugar y sus amigos le gritaron “¡sorpresa!”. La fiesta, organizada por la secretaria María de los Angeles –conocida como “Mary”–, fue una sorpresa total. Tanto que Mercader, que obviamente no hizo las invitaciones ni por Facebook ni por otros medios, sí comentó en la página social que “Gracias a todos y a cada uno por la sorpresa y la complicidad!!!!! Mary sos una genia y me hiciste entrar como un caballo!!!!!!, Felíz, felíz, felíz (sic), vamos los 40 todavía!”. María de los Angeles le contestó por el mismo medio el sábado 12 de junio a las 15.15: “Diosa, me encantó organizar esta sorpresa... !!!y mucho más que saliera tal cual lo imaginé sin una mínima sospecha...!!!!”

En la fiesta estaban varios compañeros de trabajo de Mercader. Por ejemplo, el director general de Espacios Verdes Luis Brian Lehmann, el del “choripaty party” en Palermo. Que Lehmann fuera feliz a la fiesta de su coordinadora no extraña, ya que sus funcionarios usaban un edificio público para una fiesta privada apenas siguiendo su ejemplo. Pero hasta resulta llamativo que compartiera la falta su gabinete en pleno, con esposas, esposos y parejas diversas. Es más, también estuvo el ex director general Félix de Alzaga y la actual encargada de la UPE Transporte Masivo de Buses Rápidos, Manuela López Menéndez, cuya unidad depende directamente del jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Ninguno de estos funcionarios tuvo objeción alguna a infringir un par de leyes al concurrir a la fiesta sorpresa. Resulta que el artículo 260 del Código Penal dice que “será reprimido con inhabilitación especial de un mes a tres años el funcionario público que diere a los caudales o efectos que administrare una aplicación diferente de aquella a que estuvieren destinados”. La Ley 471 de Empleo Público de la ciudad es todavía más clara cuando amenaza con cesantías a los que quiebren la prohibición de “utilizar personal, bienes o recursos del Gobierno de la Ciudad con fines particulares”.

Es evidente que los funcionarios tuvieron razón en no preocuparse. No sólo el ministro Diego Santilli no sancionó a nadie por estos usos ilegales de edificios públicos, sino que Lehmann recibió el encargo de llevar Arbolado, que había ganado autonomía como dirección general en un cambio de organigrama. Mercader también supo que no habría ningún problema y armó en su perfil en Facebook una carpeta de fotos de la fiesta llamada “Mis 40”. Funcionarios y empleados públicos sonríen a cámara sin el menor nerviosismo.

La carpeta, que fue identificada por el Observatorio del Espacio Público que creó la Asociación Civil Aires Buenos, ya no está abierta al público. Es la única consecuencia hasta ahora de la revelación de cómo el PRO privatizó de hecho los edificios de la ciudad para realizar sus fiestas. Con choripaty o con tortas con candelitas.

lunes, 5 de julio de 2010

La casa de fiestas del PRO

Oculta tras un muro de madera y frondosa vegetación, la casita es una suerte de quincho para reuniones de gabinete con choripán. Y también para los cumpleaños y fiestas de funcionarios, como el director de Espacios Verdes.

Por Sergio Kiernan

Le dicen La Escondida con justicia, porque es casi invisible. En una de las partes más arboladas del Parque Tres de Febrero, detrás de un muro de troncos de palmera y cercada por un laguito artificial, es una casita que dice poco, con una entrada modesta. Pero observando un poco se ve el plato de DirecTV, los splits y la parrilla, y se entiende por qué el edificio es una suerte de gabinete paralelo del gobierno porteño, un lugar para reuniones distendidas y sin teléfono. Debe ser muy agradable, porque el PRO terminó transformando La Escondida en una casa de fiestas para sus funcionarios. Por ejemplo, el viernes 7 de mayo el dueño de casa, el director general de Espacios Verdes, Luis Brian Lehmann, hizo ahí un “after hour + choripaty party” para festejar su cumpleaños.

En la gran manzana de los bosques de Palermo que corre entre Sarmiento, Libertador, Casares y Berro se concentran varios edificios. Uno es el Jardín Japonés, otro es la Casa Blanca, flamante sede de Espacios Verdes, otros son las ruinas de la Casa Joven y otro, ese fantástico museo que es Monumentos y Obras de Arte, donde se guardan y reparan piezas del catálogo urbano. El rincón es verdaderamente frondoso, con una calesita y un laguito artificial con una ruinosa pergolita. En medio de todo, oculta entre setos y postes, La Escondida. El jefe de Gobierno Mauricio Macri suele reunir a sus ministros allí, con choripán y sin teléfonos, para reuniones de trabajo, costumbre iniciada por sus predecesores. Y la casa, vieja pero remodelada, suele usarse para otros tipos de reuniones de trabajo.

Pero el PRO parece haber decidido privatizar el uso de este edificio público. Este año, el director general de Espacios Verdes de la ciudad, Luis Brian Lehmann, colgó en su página de Facebook la invitación a su fiesta de cumpleaños para el viernes 7 de mayo. Con precisión de programa informático, el joven funcionario indicaba que la fiesta empezaba a las 18 y terminaba media hora después de la medianoche. Como La Escondida es, efectivamente, un escondite discreto, la invitación incluía una foto satelital del parque con una gruesa flecha indicando su ubicación. Algunos de los invitados tuvieron que pedir precisiones, hasta diciendo que la foto francamente no aclaraba nada.

Lo que tampoco se aclaraba en ningún momento era que la fiesta se organizaba en un edificio de propiedad pública cuyo uso, aunque informal e inclusivo de choripanes, debe ser justamente oficial. Esto no pareció importarle a uno de los primeros invitados en confirmar que iba, el licenciado en relaciones públicas e institucionales Facundo Carrillo, que es director del Centro de Gestión y Participación 2 –Recoleta y Barrio Norte– y por tanto funcionario público. El único comentario del joven funcionario, que usa en Facebook una foto de traje, con bandera porteña atrás de su escritorio, fue “jajajaja sería una fiesta peroncheta! ”(sic).

A Carrillo y Lehmann debería, sin embargo, preocuparles el estatus legal de La Escondida. Usar propiedades públicas para fines privados hasta figura en el Código Penal, cuyo artículo 260 avisa que “será reprimido con inhabilitación especial de un mes a tres años el funcionario público que diere a los caudales o efectos que administrare una aplicación diferente de aquella a que estuvieren destinados”. Como para que no queden dudas –por la vieja frase de Vélez Sarsfield sobre “caudales o efectos”– la más reciente Ley 471 de Empleo Público de la Ciudad aclara los tantos todavía más. Según su artículo 11, inciso h, se prohíbe “utilizar personal, bienes o recursos del Gobierno de la Ciudad con fines particulares”. La sanción administrativa es drástica: la cesantía.

No parece ser el destino del director general de Espacios Verdes, que desde el viernes pasado es además encargado de la Dirección General de Arbolado. El paso es curioso por partida doble. Es que Arbolado ganó su autonomía en una reforma del organigrama de este gobierno porteño. Antiguamente era una simple dependencia de Espacios Verdes. Con el nuevo esquema, bajo el subsecretario de Mantenimiento del Espacio Público, Eduardo Villar, que responde al ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, están las direcciones de alumbrado, vías peatonales, cementerios, arbolado y espacios verdes. Tal vez los árboles de las calles vuelvan, de facto, a estar incluidos en el área más general que toma todas las plazas, parques y plazoletas urbanas.

La otra curiosidad es que pasaron casi exactamente dos meses desde la fiestita y nada indica que Villar o Santilli estén pensando en sancionar de ninguna manera este caso de uso indebido. Según el Observatorio del Espacio Público, que creó la Asociación Civil Aires Buenos, esto no sería de extrañar. El Observatorio encontró la invitación de Lehmann a su fiesta en Facebook durante una tarea de observación de este tipo de conductas que, según piensan, ya son costumbre de este equipo de gobierno. El Observatorio, que abunda en profesionales que ya trabajaron para el gobierno porteño, también encontró el irónico cartel que el PRO colgó en un local partidario de la calle Borges. El cartel era amarillo, como corresponde, y la ironía es que infringía la ley de publicidad exterior que el mismo oficialismo había impulsado y aprobado en la Legislatura recientemente. Era una marquesina en una zona residencial, algo estrictamente prohibido.

Este uso de la propiedad pública para una fiesta privada es otra muestra de cuánto le cuesta al gobierno porteño cumplir la ley. Según parece, dar fiestas en edificios públicos no es tan grave como construir ferias en veredas públicas, asunto a reprimir con dureza como se hizo en Liniers. Además de la evidente diferencia que se hace entre feriantes de barrio y licenciados en Palermo y Recoleta, se debería hacer otra: los funcionarios podrían dar el ejemplo. Como la mujer de César, deben parecerlo además de serlo.

jueves, 1 de julio de 2010

Violencia naturalizada

Si te digo que a un detenido lo mantienen amarrado al piso, atado de piernas y brazos, y con la boca amordazada durante años. ¿Qué sentís? Y si además, para completar el cuadro, quien lo vigila goza cuando lo pisa. ¿Qué opinas?
Es una aberración claramente violatoria de cualquier concepto básico de derechos humanos.
Esa es una escena que consumen nuestros niños cuando ven la película “Kung fu Panda”, naturalizando la violencia dirigida a los “malos”. Crecen asociando la detención al castigo.
¿Qué opinas si sabes que para hacer confesar a un detenido lo torturan, con el consentimiento y silencio de un sacerdote que se retira para no presenciar el nefasto momento? Esta es una práctica que ejercen los “buenos” en la serie de televisión “V”.
En el mismo sentido, José Pablo Feimann recuerda que el protagonista de la serie 24, Jack Bauer, toma dos cables de electricidad y hace sufrir a un tipo para sacarle información.
Estos actos son ilegales según nuestra Constitución Nacional, donde en su artículo 18 establece, entre otras garantías, la prohibición de la coacción física (tortura), para lograr una confesión. También dice: las cárceles son para seguridad y no para castigos de los reos.
En igual sentido, pero en el ámbito internacional, los Tratados sobre Derechos Humanos incorporados a nuestra Carta Magna reconocen las mismas garantías.
Sin embargo, estos casos puntuales que menciono a modo de ejemplo, muestran como en los medios masivos de comunicación la “confesión” bajo tortura, como muchas otras prácticas violentas son lugares comunes.
Asimismo, en la mayoría de las series televisivas se presentan a los personajes como “malos” o “buenos”, por lo cual tendemos a pensar que los roles son rígidos. Es decir, si quien roba es malo, no es una persona vulnerable que comete un delito en un momento específico y por lo cual puede asumir otro rol en el futuro. También, si al que infringe la ley lo pensamos como alguien que es “malo”, lo estigmatizamos en ese lugar, por lo cual tendemos a aislarlo y agudizar aún más su exclusión.
El problema es que estas miradas, por más que pertenezcan a espacios de entretenimiento, inciden en la realidad. Ya que son discursos que circulan y tiñen de una particular subjetividad nuestra manera de interpretar el mundo, llevándonos a naturalizar actitudes aberrantes.
Podemos reflexionar el tema tomando la noción de sentido común en Antonio Gramsci, como “el sentido general, sentimiento o juicio de la humanidad; como un conjunto de creencias que la mayoría de la gente siente que son verdaderas”.
En ese sentido, grupos mayoritarios de la población toman como una verdad naturalizada la idea de que para que confiese a una persona hay que torturarlo y que es normal que se haga sufrir al detenido porque la función de la cárcel es la venganza. ¿Cómo se va a instalar otra mirada si desde niños asimilamos esas prácticas?
La problemática se complejiza porque al consumir estas miradas de la realidad en un espacio de entretenimiento, las tomamos desde un lugar acrítico. Por eso somos más permeables a asimilarlas en nuestro sentido común.
Desde ese punto de vista, tiene más poder de influenciarnos una escena de una serie o un comentario de Susana Gimenez, que una reflexión de Mariano Grondona. Ya que al interpretar el programa de Grondona sabemos que estamos frente a una mirada política con cierta intencionalidad, mientras que el supuesto entretenimiento se muestra como “inocente” y lo vemos relajadamente. Pero esa inocencia también contiene valores e ideologías.
Por suerte la comunicación no es lineal y podemos interpretar críticamente lo que consumimos. Actualmente, contamos con espacios donde circulan pensamientos distintos, contrahegemónicos; desde los cuales podemos resignificar los discursos que se basan en la violencia y en la exclusión. Sólo debemos recordar que tenemos que estar atentos de los productos televisivos que circulan con supuesta inocencia.

Roberto Samar
Licenciado en Comunicación Social